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Lionel Messi, la última sinfonía en el Mundial de un genio

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Escrito por Redacción

Ernest Hemingway dejó una novela sin terminar, Orson Welles una película sin montar y Mozart varias composiciones inconclusas. En el fútbol, Lionel Messi lo ha ganado todo. ¿Todo? No, el Mundial, el torneo más importante, le queda por ganar. Y tiene una nueva ocasión. Probablemente la última.

«A veces me gustaría pasar desapercibido», dijo recientemente Lionel Messi en una entrevista para el excampeón del mundo argentino Jorge Valdano en la televisión española Movistar+. Pero es una misión imposible: todos el mundo del fútbol está pendiente de él. Y lo volveré a estar el domingo en la final. Muchos deseando que gane para que ponga colofón a una carrera fantástica.

Messi ha jugado cinco Mundiales y en ninguno ha podido ser campeón. El de Catar-2022 se presenta como el último tren.

En Doha su presencia ha generado gran expectación en el último mes y no ha podido cumplir, para bien o para mal, ese deseo de pasar desapercibido, una utopía cuando se es una superestrella mundial, posiblemente el mejor futbolista desde Diego Maradona y tiene 376 millones de seguidores en Instagram.

También resulta difícil compaginar una timidez casi congénita con tener que mostrar un carácter fuerte, como le ocurrió en este Mundial en partidos tensos como el de cuartos ante Países Bajos, o con ver tu imagen en una lona publicitaria cubriendo un edificio de seis pisos posando en calzoncillos para una conocida marca de ropa italiana. O cuando ‘spots’ con tu imagen pasan por televisión en todo el mundo para vender hamburguesas, refrescos, coches o hasta los reclamos turísticos de Arabia Saudita.

Antes de Catar-2022 dio la vuelta al mundo una publicidad que reunía a Messi con su gran rival de la última década, Cristiano Ronaldo, jugando al ajedrez sobre unas maletas de una marca de lujo francesa, en una instantánea tomada por la prestigiosa fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz.

Los lucrativos contratos y la vida anónima con la que sueña resulta un dilema irresoluble.

«Me gustaría ir al supermercado, sin tener trescientos ojos mirándome. Sobre todo cuando estoy con mis hijos sí me gustaría pasar desapercibido», insistió a finales de 2020 en una entrevista en la televisión española La Sexta con el periodista y presentador Jordi Évole.

De La Masía al estrellato
El paso de los años y la exposición mediática ha hecho que quede poco de aquel niño rosarino que llegó a Barcelona con 13 años y se sometió a un tratamiento con hormonas de crecimiento en España, ya que ni su club Newell’s Old Boys ni otros en Argentina se lo costeaban. En Cataluña y en la emblemática escuela de formación de La Masía, la ‘Pulga’ se hizo grande en el Barça.

Lejos de la familia y de su entorno, se hizo fuerte, maduró antes de tiempo y aprendió pronto de Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Samuel Eto’o y el resto de figuras del FC Barcelona de aquel momento.

Frank Rijkaard le dio las primeras oportunidades pero fue ya con Josep Guardiola cuando dio el gran salto, formando parte de uno de los momentos más brillantes de la historia del club azulgrana.

En el Barcelona conquistó cuatro Ligas de Campeones, diez Ligas españolas, tres Mundiales de Clubes… El Camp Nou fue su casa hasta que en 2021 inició una aventura en el París Saint-Germain, al que llegó con un halo casi divino y con el que, pese a los problemas de adaptación de la primera temporada, fue también campeón de la liga francesa.

Llegó tan joven a España que incluso se especuló con una posible elección entre la selección de ese país y Argentina, pero él siempre lo tuvo claro: su sueño era brillar con la Albiceleste, el país que siempre añoró y del que siempre se ha sentido parte.

En sus inicios logró éxitos importantes, el título mundial Sub-20 en 2005 y la medalla de oro olímpica en Pekín-2008. Pero desde ahí, en la selección absoluta acumulaba decepción tras decepción, hasta que la maldición terminó el año pasado en la Copa América.

Las alas que dio aquel torneo quiere que le sirvan para ganar ahora el Mundial.

En París, su casa actual, su esposa Antonela Roccuzzo, su pareja de toda la vida, y sus tres hijos, Thiago, Mateo y Ciro, son su soporte y quiere ganar el título delante de ellos.

AFP

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