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Prof. José Serrada, docente y artista plástico portugueseño dedicado al arte bonsái

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Escrito por Beatriz Quintana

Acarigua.- José Pilar Serrada Díaz es una de esas personas multifacéticas, que aprovechan todos sus talentos naturales que, en él, son muchos y tienen relación con el humanismo, la creatividad, la educación y el arte que descubriendo siendo un niño, en su Papelón natal, y los ha ido desarrollando durante toda la vida, aún sin maestros, convirtiendo sus habilidades en obras admirables.

Con la academia ha reaprendido, reestructurado y tecnificado el producto artesanal, pero sigue siendo un espíritu libre del llano abierto y sin límites, que no se apegó nunca a los convencionalismos sociales.

De todas sus destrezas y virtudes, destaca la de enseñar, una tarea a la que ha dedicado casi toda su vida en diferentes facetas.

«En la vida, yo no he trabajado. Puedo decir que soy un holgazán, que la he pasado jugando y jugando, construyendo con la expresión artística. Transmitiendo lo que sé. Saberes —la mayoría— que aprendí por intuición y experimentando. Aprendí sin maestro, pero luego estudié formalmente lo que había aprendido solo».

Serrada estudió, posteriormente, Dibujo y Pintura en la UCLA, Diseño Gráfico Publicitario, licenciatura en Educación con mención Desarrollo Cultural, especializado en Pedagogía Cultural e Interculturalidad, en la Universidad Simón Rodríguez.

Fue docente de la cátedra de Cultura y coordinador de cultura del Municipio Escolar Páez y su último cargo público fue como coordinador regional de Educación Intercultural, en la Zona Educativa Portuguesa.

Escenificación pedagógica de la Batalla de Araure

«Hacer arte es un regocijo y una satisfacción para el alma. Lo único que se hace por amor, es el mismo amor y el arte. Y eso es lo que he hecho en la vida, enseñar y promover nuestra cultura», dijo satisfecho de su labor.

Sus padres, que no fueron a la escuela, se trasladaron desde Papelón hasta Acarigua, con la numerosa familia de 11 niños, para proveerles una mejor educación. «Bien supimos cumplir el objetivo por el que vinimos a la ciudad, porque los 11 hermanos, todos, tenemos títulos universitarios», afirmó orgulloso…y con razón.

En el ámbito educativo recibió todas las condecoraciones en primera y segunda clase. Como artista plástico, es maestro de generaciones de nuevos talentos y como bonsaista en el año 2013, con un grupo de amigos, constituyó la Asociación Civil Bonsai Portuguesa (ACBP) de la que es presidente e instructor y actualmente tiene un programa en Portuguesa Televisión para enseñar el paso a paso del arte japonés del bonsái.

De llano adentro

Nació y creció en pleno llano adentro portugueseño, en el caserío Garzón del municipio Papelón.

«Mis padres, ambos analfabetos con nueve muchachos —yo el segundo—, nos trajeron a la ciudad de Acarigua, donde compraron una casa en la calle 25 con avenida 40 del sector América. Acá nacieron mis dos últimos hermanos. Mi papá, que se dedicaba a la ganadería y al comercio, decía: ‘Me llevé a los muchachos a estudiar, para que no sean unos burros como yo’», relató Serrada.

Dice que heredó la creatividad de su madre, que era muy buena costurera y que ella, a su vez, lo heredó de su abuela, pero por ser el primer varón, su papá, a muy temprana edad, le enseñó la dura faena del llano y cuenta que tuvo su propio caballo, silla de montar y soga.

«De niño me gustaba mucho la escuela. Era una casita con techo de palma y paredes de tallos de la misma planta, que quedaba a dos kilómetros de nuestra casa. Íbamos a la escuela mi hermano mayor y yo, cada uno en su burro», nos contó.

Cuando llegaron a Acarigua, inició en el tercer grado en el Grupo Escolar Dr. Raimundo Andueza Palacios y estudio su secundaria hasta el tercer año en el Liceo 5 de Diciembre. Cuarto y quinto año, en el Liceo Juan Pablo Pérez Graterol.

“Apenas teníamos vacaciones escolares, nos íbamos a nuestra tierra natal a ayudar en el trabajo de llano. Tuve una infancia feliz, disponíamos de lo necesario viviendo en armonía con la naturaleza en medio de la faena llanera, de la que aprendí todas sus facetas, desde ordeñar, colear, enlazar, manear, marcar, herrar, capar y demás actividades propias de la llaneridad”.

Su juventud

“La adolescencia y la juventud la viví en Acarigua. Nunca fui un muchacho de andar realengo en la calle. Nos costó adaptarnos a la cuidad y a la escuela, nuestra forma de ser y hablar campesino nos delataba, por lo que fuimos objeto de mucha burla. Mi mamá, muy paciente y pacífica, nunca tuvo problemas con ningún vecino, con sus 11 muchachos más dos primas y un primo, que vinieron también a estudiar”.

Su madre, para suavizar la situación, les decía que no eran campesinos, sino llaneros, por lo que al final, terminaron diciéndoles así, “Los llaneros”.

Cuenta que aprendió a jugar metras y a elevar papagayos, porque nunca le encontró sentido a correr detrás de una pelota dándole palos o patadas. Sus juegos eran construyendo cosas.

Recibiendo el reconocimiento como docente «Honor Patrio»

“Ninguno tuvimos peleas, ni malas compañías ni vicios. Vinimos a estudiar y cumplimos el acometido. El ejemplo a seguir fueron mis padres, símbolo de honestidad, humildad y corazón noble. Nunca vi a mi papá borracho, por lo tanto, esa conducta ejemplar bien la aprendí”.

“Mi hice muy amigo de ‘Cheo’ Méndez, un muchacho de mi edad que estudiaba conmigo Él me enseñó las cosas de la ciudad, a comer perro caliente, el cine, los negocios y lo que vendían. ‘Cheo’ terminó yéndose conmigo al fundo ‘La Esperanza’ —como se llama donde yo nací— para aprender la vida del llano y se quedó trabajando con mi papá. Él se quedó y yo seguí estudiando, incluso se casó con una llanera y después se devolvió para Acarigua”.

Pasión artística

Expresó que es difícil vivir del arte, que se requiere de suerte y un mundo de relaciones que no tuvo, pero asegura haber tenido la satisfacción de haberlo hecho bien.

«Así lo dice la crítica general y con ello cumplo mi objetivo en la vida. Pero de la promoción y la activación cultural no se vive, ni de la educación… Se sobrevive», afirmó.

Como estudiante y profesional, ha estado siempre entre los mejores de los mejores. Determinado a hacer bien las cosas y porque quería enseñar con fundamentos académicos, estudió en la Escuela de Artes Plásticas Rafael Ramón González.

Crear y estudiar

«La capacidad creativa nace con cada quien, solo que en unos ese potencial es mayor y le sacarás provecho con la profesionalización. La creatividad te guía, logrando los mejores resultados; viene acompañada de la inspiración, dándote motivos y razones para construir sobradamente como si fuera magia o, mejor dicho, es magia», explicó.

Por otra parte —dijo— la inspiración es como el hambre. No tienes ganas de comer, pero cuando empiezas te viene el hambre. Te pones en la acción y las idea llegan, si no es así, no eres artista.

Como apasionado por el arte, la cultura y la educación, ha procurando siempre la excelencia, sin ser perfeccionista. Estuvo siempre inmerso como artista plástico, ponente, formador y organizador del quehacer cultural a nivel local, regional y nacional. En el aula como docente rural de primaria especialista de cultura en artes plásticas, enseñó manualidades, dibujo, pintura y escultura.

Elabora artesanías desde que era un niño

Como artista plástico, desde muy temprano, se inició en el dibujo y la pintura. Su estilo ha sido catalogado por los expertos como realismo mágico e, inclusive, como hiperrealismo.

Le gusta pintar la figura humana, en especial el retrato, usando diferentes técnicas: grafito, plumilla, carboncillo, sanguina, pastel, mixta, óleo, en pintura de caballete o mural.

Sus murales son, quizá, sus obras más visibles y emblemáticas, en especial los pintados en el año 1983 y 1984 en los liceos 5 de Diciembre y Juan Pablo Pérez Graterol.

«Siempre hice mis obras por encargo, producía lo que ya estaba vendido. Gran parte de mis obras están en el exterior. Pinté para dos galerías de artes de la región. Participé de numerosas muestras colectivas y pocas individuales, ya que mis obras iban saliendo de una vez», señaló.

Serrada, además de pintor, es escultor y en esta área aplicó una técnica propia que llamó poliescultura, utilizando como materia prima el anime.

Indicó el artista que una escultura emblemática, realizada en el año 2006 con sus estudiantes, es «Francisco de Miranda sin la Carraca», en tamaño natural. Hoy día esa obra se exhibe en la Universidad de las Artes.

En el campo plástico, también ha experimentado con la fotografía, serigrafía, ebanistería, lutiería, diseño gráfico, creación de muebles y jardines, empastado de libro, maquetas, entre otros.

 Arte bonsái

“Uno hace arte por la satisfacción que deja el saber que tu trabajo es reconocido. La escultura y la pintura me dejó gratificaciones, pero la mayor dedicación y satisfacción que tengo ahora, es el bonsái”.

Desde el año 2001 se inició —como la mayoría de sus oficios— de manera autodidacta. En el año 2012 empezó a tomar cursos en la Sociedad Venezolana de Bonsái Caracas. Hizo con ellos 16 talleres. Continuó su formación con Ramiro Garcés que venía de Valencia y que lamentable falleció antes de finalizar el curso completo.

“Actualmente, llevo dos años y medio de estudios con el mejor instructor de bonsái, el maestro Natale Posteraro, que viene de Caracas, y ya tengo nivel avanzado. Comencé a dar los cursos de bonsái a familiares, amigos y colegas desde el año 2008. En el año 2013, con un grupo de amigos, constituimos la Asociación Civil Bonsai Portuguesa (ACBP) donde siempre he cumplido la función de presidente e instructor”.

En el año 2016, creó el Estudio de Bonsái Joserrada acreditado por la Asociación Civil Bonsai Portuguesa, ofreciendo el diplomado «Bonsái arte viviente», del que ya ha graduado a dos cohortes.

Escritor

«Escribí un libro titulado ‘Matices y pinceladas con palabras’. Es una autobiografía donde narro y describo mi vida en el llano, una forma de vida que se está perdiendo y quise dejar un registro y testimonio a las nuevas generaciones, para que sepan cómo era el llano de sus abuelos. Ese libro me lo editó el Sistema Nacional de Imprenta, núcleo Portuguesa, en el año 2011», agregó.

Premios

Obtuvo el primer lugar en el Salón de Arte Universitario, un concurso donde participaron estudiantes de 12 universidades del estado Lara, y muchos más a lo largo de su fructífera obra.

El Ministerio de Educación en el 2017 le otorgó la conmemoración «Honor Patrio», reconociéndolo entre los cinco docentes más destacados del estado Portuguesa.

«El mayor premio recibido —afirmó— no fue de una institución, sino de mis colegas. Todos con mucho respeto y cariño me llamaban ‘profesor Serrada’, pero poco a poco empiezo a notar que me llamaban ‘Maestro’; ese es el titulo más hermoso y más grande que he recibido».

—Tengo pocos amigos, pero sí gente que me aprecia, me respeta y admira. La amistad se tiene con esas personas mágicas con quien uno tiene afinidad y los llevamos en el corazón, y nos ayudan a hacer de nuestro mundo un lugar mejor. Es una forma muy pura de querer a alguien con los mejores sentimientos y que están con uno en los buenos o malos momentos, aseguró.

Actualmente, tiene un nuevo proyecto como productor y moderador de un programa por Portuguesa Televisión titulado «Por tu arte viviente” que se trasmite todos los jueves, a las 7:00 p. m. «Una oportunidad que nos brindó el señor Ybrahim Saavedra. El primer programa salió al aire el 2 de mayo de 2024 y enseña paso a paso cómo se hace un bonsái. Es el primer y único programa de su tipo de la televisión venezolana». (CNP 16.100)

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