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Tatiana Gómez, la bailarina guanareña que conquistó a Chile con su talento

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Escrito por Beatriz Quintana

Guanare.- Fue una niña inquieta, a quien le encantaba trepar los árboles y crear un mundo de fantasía, fundiéndose con la naturaleza y volando con la imaginación. Ya su alma de artista se iba mostrando al perseguir la libertad, a pesar de los regaños maternos.

Comenzó a bailar a los 4 años y después de 4 décadas, mucha preparación y entrega total a la danza, esta bailarina portugueseña tiene un reconocimiento internacional importante.

Tatiana Gómez es coreógrafa, bailarina e investigadora egresada del Instituto Superior de Danza de Caracas y socióloga de la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas-Venezuela).

Ha participado como coreógrafa y bailarina en importantes festivales y encuentros de danza y teatro en Venezuela, Chile, Colombia, Ecuador, México, España, Francia y Polonia. Fue docente de la Universidad Nacional  Experimental de las Artes (Uneartr) y de la Universidad de Los Andes (ULA). 

Dirigió desde el 2001 hasta 2018 la Compañía Infantil de Danza Tradicional “Temerí” en Venezuela. En Chile, se ha desempeñado como monitora de los Talleres de Arte de la Municipalidad de Pudahuel.

Ha llevado su «sabor» y enseñado con pasión, por lo que hoy podemos ver a los chilenos bailando un joropo llanero o haciendo movimientos de cintura al son de los tambores de la costa, con la forma única y muy particular que Tatiana le imprime, porque no se ha conformado con imitar: ha escudriñado en el propio continente africano, dejando plasmado ese trabajo en el documental “Tambor de Agua, un encuentro ancestral” entre Camerún y Venezuela. 

Ha desarrollado su propuesta a partir de la investigación de las tradiciones venezolanas, fusionando en su código expresivo danza tradicional, popular y contemporánea (2018-2019). En el área de los ritmos latinos, entrelaza danza afrocontemporánea y danza para mujeres.

Tatiana Gómez es coreógrafa, bailarina e investigadora

Guanareña pura

Nació en Guanare el 22 de abril 1976, en una familia guanareña y en un ambiente donde las manifestaciones artísticas son algo común. Su padre farmacéutico y poeta, y su madre Ana Dolores Orozco, creadora de las Danzas Temerí, conformada por Tatiana y 3 niñas más, luego la inscriben en Danzas Guanaguanare entonces dirigida por el maestro Marcos Yépez (actualmente en España).

«Esas experiencias las recuerdo con un amor indescriptible. Sembraron en mí constancia,  disciplina, el valor al trabajo diario, saber que en la vida las cosas tienen un proceso. Aprendí  a enfocarme en un objetivo y lograrlo subiendo de nivel. Le debo a la danza la conciencia de mi fuerza interna, comencé muy chiquita y nunca he parado de bailar», explicó la bailarina.

Vivió en Guanare hasta los 15 años y luego salió a estudiar al Instituto Superior de Danzas en Caracas. Salir del pueblo es importante -dijo- porque hay que asumir otras perspectivas desde la academia. Eso le permitió nutrirse, intercambiar saberes y establecer redes básicas de amistad para la vida. Allí en Caracas, contactó con la danza contemporánea, un estilo que desarrolló posteriormente.

La investigación

«Mi faceta como investigadora está permeada por mi profesión de socióloga, en la que estudié las tradiciones venezolanas y latinoamericanas con resultado en trabajo escénico. Esas herramientas que entrega la sociología me permite en la danza tener claro los temas y saber por dónde voy a indagar en orígenes, cualidades energéticas, códigos corporales y, a partir de eso, permitirme experimentar con mi cuerpo esa manifestación artística», indicó.

Danzata

Es también directora artística del Proyecto de Creación Coreográfica «Danzata». Fue el espacio formal de investigación, creación y difusión de la danza, realizado en Venezuela con un equipo de bailarines que se unió a Tatiana, reeditando lo tradicional en un formato más contemporáneo desde un lenguaje escénico amplio, que quiere indagar en las corporalidades latinoamericanas con influencias europea y norteamericana.  

«Le di esta denominación buscando concretar el proyecto. Una tocata es música para instrumentos de tecla, la cantata obras cantadas, la sonata para grupos de 3 o 4 instrumentos con 2 temas musicales costrastantes. Entonces Danzata era el nombre ideal porque la danza tradicional tiene una relación estrecha con la música popular», explicó.

Es también directora artística del Proyecto de Creación Coreográfica «Danzata»

Premio municipal de danza

Fue acreedora en el 2009 del Premio Municipal de Caracas, por su proyecto «Tambor de Agua: la fuente» realizada en la plaza Altamira, con el que luego giró por todo el país. Originalmente  era uno solo, pero a su regreso de Camerún invita a un grupo de coreografas para que se unan y de allí, posteriormente, se convirtió en un documental.

«El tambor de agua, es una tradición africana presente en nuestro país, sin mayores modificaciones, traído a través de los esclavizados.  Es una pieza que pone de manifiesto la relación con el medio ambiente, la importancia del agua en territorios ancestrales y como energía femenina. El intercambio que tuvimos en Camerún me permitió conocer otras formas de vida, conectarme con el origen. Estuvimos con los pigmeos de la selva africana, de quien obtuvimos la información sobre la ritualidad del agua y el fuego, que se ha perdido en Venezuela», relató.

Maestra de danza

Después de su regreso a Guanare, dictó talleres en Danzas Temerí y Zazaribacoa, entre muchos otras agrupaciones, entregando todo el conocimiento adquirido en Caracas. Les enseñó que se puede, además, de crear y conectarse con su cultura, vivir de la danza, ya que -en su opinión- en Portuguesa hay un nivel de formación muy alto e importante, sobre todo ahora que la Unearte está graduando licenciados en danza.

«En Chile siempre me sentí acogida, ya tenía contactos con la gente de la danza y el teatro, porque he asistido al encuentro de teatro para Chillán (Entepach) y otras instituciones desde antes. Por supuesto, todo comienzo es lento, pero eso me ha permitido dar a conocer mi trabajo como creadora, coreógrafa y docente en sus espacios y ellos valoran mucho todo lo que puedo compartir viniendo de otro país. Hoy por hoy, me desempeño como maestra de danza tradicional venezolana, específicamente afro, afrovenezolana y de joropo llanero», dijo.

– Chile tiene la cueca, que es su danza nacional de origen hispánico y comparte con el joropo, el zapateo y el escobillao, se baila en pareja y su origen es también campesino de las regiones donde se cultiva la tierra. Esa relación entre la cueca y el joropo, también la hemos coreografiado, explica.

Además, ha retomado el baile latino de competencia, que requiere -señaló- mucha fuerza y dedicación, para participar en festivales suramericanos de salsa.

«Hay diferentes manera de abordar la salsa, según sea el espacio social y cada país tiene una forma diferente de bailarla. También soy parte una compañía de salsa femenina ‘Latinas Empire’, dirigida por la maestra Karla Meza.Allí, bailo estilo mambo que enfatiza el tiempo 2 y el tiempo 6, no en pareja, sino grupal».

Fue acreedora en el 2009 del Premio Municipal de Caracas

Su familia

Está casada con David De Luca, técnico y creador de sonido para cine que, afortunadamente, también ha podido desarrollar en Chile. Tienen dos niñas, una de 14 y una de 10, y han podido seguir unidos como familia en la complejidad de la migración.

«La familia y su amor es muy importante como sostén emocional en la vorágine de dudas que tenemos al migrar», señaló.

Conciencia corporal para mujeres

«Es un espacio de trabajo liberador en el cuerpo femenino, que necesita conectarse con su verdadero ser y liberar tensión por los roles que nos toca asumir e injusticias que nos toca vivir, solo por ser mujer, imposición de normas. Comencé dando pilates y luego me di cuenta que podía combinar esta disciplina, el yoga y la danza. No es un método creado por mí, pero dominando estas áreas se me dio fácil», enfatizó.

«Aquí en Chile he encontrado un espacio de realización y hago lo que me gusta. Por eso, agradezco a la vida que siempre me da motivos para seguir por mis padres, hermanos, mi marido y mis hijas. Soy muy afortunada». (CNP 16.100)

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