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Portugueseño Alberto Peraza, primer latino en el Programa de Patología Oral Universitario de Texas

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Escrito por Beatriz Quintana

Araure.- Recientemente, el odontólogo Alberto José Peraza Labrador fue el protagonista de una noticia que difundió el canal Telemundo, en Estados Unidos, por ser el primer latino admitido en la facultad de Odontología del Sistema Universitario de Texas, A&M, como parte del equipo que lidera el Dr. John Wright, en el Programa de Patología Oral que allí se desarrolla, desde hace 22 años.

Este gran talento portugeseño, se destaca por su trabajo de investigación en el área odontológica desde que ejercía en Venezuela y es, hoy en día, uno de los latinoamericanos más reconocidos en Estados Unidos, como científico, escritor de artículos y conferencista.

En su trabajo ha ido descubriendo bases clínicas e histológicas de diferentes tumores y quistes orales, y determinado las consecuencias nocivas por el uso de materiales extraños en boca de varios pacientes, con riesgo de generar lesiones.

«Éstas son patologías que se están viendo desde hace unos años. Por eso, es muy importante revisar qué tipo de material se está usando con los pacientes. Muchos odontólogos desconocen esta información y compran lo que se consigue en el mercado o lo más económico, porque al paciente le sale costoso», explicó.

Alberto estudió odontología en la Universidad de Carabobo, tiene una maestría de la Universidad Javeriana de Bogotá y otra de la Universidad El Bosque, Colombia, y actualmente, cursa otra de tiempo completo, en USA.

Ha escrito más de 20 artículos científicos en https://pubmed.gov, fundamentados en casos de pacientes venezolanos y otras latitudes con el nombre de Labrador AJP, para hacer homenaje a la odontóloga Eva Labrador, su madre.

Actualmente, Alberto vive y trabaja en Estados Unidos, destacándose entre los odontólogos dedicados a la investigación científica.

Ni tan serio

Estudió primaria en el Colegio Simón Rodríguez, de la mano de la directora Nancy Cabrera, época en la que fue un estudiante muy inquieto y algo problemático.

Los tres hermanos Peraza Labrador Alberto, María Virginia y Eduardo

Es el mayor de tres hermanos, le sigue María Virginia y luego Eduardo. Desde muy corta edad se destacó haciendo dibujos en tres dimensiones y lo hacía tan bien que sus amiguitos le compraban las partes para armar, como rompecabezas. Y dice su hermana que fue siempre ocurrente, bromista y muy inteligente.

Fue beisbolista, aprendió a hablar inglés y a tocar guitarra por su cuenta, al punto que era el «alma» de las fiestas y donde quiera que llegaba, con su gran personalidad, hacía reír a todos.

Alberto tiene dos hija. Valeria, la mayor, vive en España, «es muy ocurrente está en competencias de patinaje artístico sobre ruedas y quiere estudiar Odontología. De mi matrimonio con mi esposa Angélica, tenemos a Victoria, que le gusta el baloncesto y dibujar. Momentáneamente por temas del colegio de la niña, yo estoy viviendo solo y ellas vienen a verme, cada dos meses».

  • Disfrutando un día familiar con su esposa Angélica y su hija menor Victoria

Aprendiendo a ser responsable

Al salir de primaria, comenzó bachillerato en el Liceo Hilarión López, pero lo terminó en el Colegio Ángel de la Guarda. «No siempre fui ‘cerebrito’, más bien un estudiante promedio, pero según mis compañeros altamente creativo para hacer bromas. Hay profesores de secundaria que me ayudaron a ver el mundo de otra manera. ¡Por favor, que aparezcan en letra grande Margarita Valero (de inglés), Víctor Caraballo (biología) y el coach de béisbol Ciro Ramos (+)! A ellos les debo haber aprendido a mantenerme firme en mis objetivos y no rendirme», señaló.

Mucho de todo esto que ha logrado, es a fuerza de perseverancia, sin esperar resultados inmediatos y afirmó que los estudiantes deben entender que hay un mundo extremadamente competitivo fuera de las aulas.

Su interés por la Odontología empezó cuando, siendo muy joven, le tocó ayudar a pagar el choque de un carro.

Tuvo que trabajar, para ganar ese dinero, como mensajero y luego de ayudante de radiografías en la clínica donde ejercía su madre, Eva Labrador, y ahí empezó a tomarle gusto.

Se graduó de odontólogo en el 2002, entre los cinco mejores promedios académicos. Luego, hizo posgrado de Cirugía Oral en la Universidad Javeriana en Bogota. Terminó en el 2005 y regresó a trabajar a Venezuela durante 10 años.

«En Acarigua, formamos un centro regional en rehabilitación de implantes dentales y de diagnóstico de diferentes patologías orales, incluyendo cáncer oral. Tiene más de 40 años lo fundamos mi mamá y yo. En el 2005, lo reestructuré completamente. Luego, en el 2008, mi hermano Eduardo, también odontólogo, se unió. Es una empresa familiar y académica, pero previo a eso trabajamos 8 años con la comunidad católica Jesús Vive, en toda Portuguesa, haciendo trabajo social, guarderías y conciertos. Eso fue maravilloso», destacó.

Allí, en casa, inició su ascenso profesional, pero luego regresó a Bogotá para trabajar como docente en el posgrado de Cirugía Oral y Patología de la Universidad Javeriana y en la Universidad Cooperativa de Colombia. Paralelamente, también hizo una maestría en Ciencias por 3 años, en la Universidad El Bosque.

El avance

«Para llegar aquí, hice lo que cualquier migrante. Tomé el examen de bachillerato GRE que es inglés y matemáticas, pasar el toefl con más de 95 de score, si es más es mucho mejor. Presenté el Board de odontología que es un examen de dos días y toma aproximadamente de 4 a 6 meses de estudio. Además, hay que aprobar las entrevistas, porque solo aceptan un aspirante por año y la prioridad es un odontólogo norteamericano, antes que un extranjero», explicó.

Desde el 2014, estuvo en contacto con el Programa de Patología Universitario de Texas, donde fue invitado para estar varios meses.

«Fue entonces cuando publiqué varias investigaciones con pacientes de Acarigua, mostrando las técnicas y diagnósticos. Ese método gusto muchísimo, por lo que mantuve contacto con ellos, aún estando en Colombia», comentó.

Durante ese proceso, Peraza escribió una considerable cantidad de artículos de alto impacto, que incluían más de 12 revisiones sistemáticas y metaanálisis, y como resultado, fue aceptado en la Universidad de Texas, donde ejerce el cargo de asistente de investigación y está haciendo otra maestría de 3 años a tiempo completo, en Biología Oral.

«Estaba en Acarigua, en octubre del 2022, listo para dar una charla al Colegio de Odontólogos de Portuguesa, cuando me llamaron de Estados Unidos para decirme que me habían aceptado. El camino que falta es aún largo y de mucha paciencia, la cual pierdo muy seguido», relató.

-Tengo más de 20 artículos, algunos publicados en https://pubmed.gov, donde aparezco con el nombre de Labrador AJP. Quise poner el apellido de mi mamá como homenaje a su esfuerzo profesional, pero a algunos los identifiqué. Acarigua, para que sepan los científicos del mundo que ‘Acarigua es como Nueva York'», dijo con el humor que le caracteriza desde joven.

Reconocimientos

En el 2020, el artículo mundialmente más citado en el área odontológica fue uno de su autoría sobre lesiones orales en pacientes con COVID, publicado en un diario británico, «Special Care in Dentistry». También recibió honores en su maestría como Mejor Proyecto de Investigación, en la Universidad El Bosque, sobre otras 20 investigaciones.

Alberto en su laboratorio de la Universidad de Texas

Sus proyectos

«A medida que pasan los años, las creencias y los sueños van cambiando, cuando te das cuenta que la verdad de un momento de tu vida, no es la misma más adelante.Vas subiendo tus expectativas y cuando llegas a pensar ‘esto no puede ser todo’, empiezas a crear ideas nuevas, evaluar si hay cosas que mejorar o dejar atrás. Puede, en un momento, parecer que no, pero siempre es posible lograr más. Hay que escuchar esas personas que nos dicen que sí podemos, como mis profesores», expresó.

«El profesor Ciro dijo, delante de todos, que yo iba a ser un gran pelotero y me sentí importante. Me lanzó una pelota durísimo que me pasó entre las piernas. ¿Qué hubiera pasado si hubiera agarrado esa pelota? Seguro no estaría aquí», indicó.

-En nuestras universidades tenemos la magia de que, como estudiantes, somos muy unidos. No hay clases sociales ni racismo. No hay diferencia, todos se ayudan creando una buena atmósfera para romper las cadenas de la pobreza. El ambiente aquí es súper competitivo. Mi sueño es culminar exitosamente mis proyectos, como un maratón, demostrando, más que velocidad, resistencia», acotó. (CNP 16.100)

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